sábado, 1 de noviembre de 2014

Oquedad, insustancial. Superfluo.

Qué irónico sentirme segura dentro de mi querido caparazón, cuando en realidad algo me consume por dentro... 
Y qué jodidamente inútil me siento cuando intento levantar cabeza y seguir adelante, pero tengo que darme cuenta yo sola de que no es tan fácil como creo. Que no soy tan fuerte como aparento ser.
Que por cada sonrisa que los demás observan en mi rostro, yo siento mil punzadas en el órgano que me da la vida (relativamente).
Porque todo parece fácil, ¿verdad?


Sí, lo 'parece'. Pero yo me las arreglo para hacer que lo sencillo, sea difícil y dañino. Lo fastidio, lo rompo, lo hago pedazos y lo echo todo a perder mientras que lo único que intentaba era sobrevivir...

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