viernes, 10 de abril de 2020

No hay título

Me consta.
Me consta tu interés, a ratos...
Me consta que sabes perfectamente lo que necesito, lo que nunca ha supuesto un sacrificio para nadie. Solo necesito saber que estás ahí dentro...
Creo que no tengo fuerzas para pedirlo más, estoy comenzando a agotarme. Quizá suena típico, pero es completamente real. Supongo que nadie debería tener que pedir atención en una relación, solo debería ser recíproco el sentimiento de querer dar lo mejor de ti y que tu pareja desprenda felicidad y que sepas, siempre, que estáis bien. Que no hay nada mal, y en caso de que lo hubiera, querer solucionarlo... No dejarlo pasar de largo hasta la próxima.
Supongo que tener que pedirlo día a día, mes a mes.... Agota.
¿Sabes? No voy a buscar más dónde está la culpa. Quién es el culpable. Cuándo ha pasado. No puedo.
Me consta, como comentaba, que a veces te das cuenta y lo intentas. Pero no es suficiente.
No me vale que solo lo intentes cuando me arrastro, cuando me miras y por fin, ves que me estoy separando en mil pedazos que probablemente no puedas volver a juntar...
No me vale acostarme noche a noche, y no poder parar de pensar en qué está pasando, si soy yo... Ya que tú pareces ajeno a esto que estamos viviendo. No puedo seguir echándome la culpa ni echándotela a ti, simplemente voy a dejarlo pasar de largo... Al menos lo intentaré, y no voy a perseguirlo ni a insistir en que se quede.

Tendrás que hacerlo tú, o no lo haremos ninguno de los dos.
Sé que sabes hacerlo, pero no sé si... quieres.

lunes, 18 de febrero de 2019

Beating heart of stone

Me preguntaron qué era exactamente la felicidad para mí.
Nunca había sabido definirla, ni siquiera encontraba palabras para expresarme e intentar contestar porque supongo que realmente nunca la había sentido como tal.
Ojalá se atrevan a preguntarme de nuevo.
Ahora sé expresarme perfectamente.
La felicidad se encuentra exactamente en ese momento de la noche en el cual me giro y te encuentro a mi lado... Una y cada una de mis noches
La felicidad se encuentra en cada estúpido detalle de tu esencia
Sí, la felicidad se encuentra en el momento en el cual decidimos encontrarnos esa noche, sin haberlo planeado. Sin haberlo buscado.
La felicidad, cariño, se encuentra en cada cicatriz que tengo. No, no me las has hecho tú... Al contrario, hay heridas que pensé que nunca se cerrarían. Mejor dicho: nunca quise cerrarlas. Me lo había planteado pero las había hecho parte de mí a pesar de que me destrozaran y acabaran con todo lo que me quedaba dentro.
Pero tú, llegaste con ganas de quererme, de hacerme ver el mundo de otra manera, de enseñarme que sí puedo seguir.
Y en fin, de repente, un día cualquiera.... No sentía las heridas.
No me dolían.
No las veía.
Las has sanado tan bien... las has curado con tal cuidado que ni siquiera he tenido tiempo de pararme a ver cómo iban. Simplemente me olvidé de ellas y tú te encargaste del resto.
La felicidad está escondida entre mis huellas dactilares justo en el momento en el que pasan por tu cuello y sienten cada uno de tus poros.
La felicidad.... La has creado tú. Se podría decir que le has dado forma a todo lo que he sido y lo has convertido en una radiante necesidad de vivir y sonreír.
Por esto, hoy podría decir sin dudarlo ni un segundo que la felicidad se encuentra en lo que hemos creado. En este quiero y puedo por el cual luchamos cada día y en estas ganas de ser mejores y crecer juntos que no se cansan jamás.

lunes, 16 de mayo de 2016

Si algo aprendo es gracias al tiempo.
Querido tiempo, que nunca he apreciado y tanto me ha ayudado...
Así es, solo aprendemos a base de golpes, a base de experiencias que si no fuese por el tiempo no tendríamos...
Conforme nos hacemos mayores, crecemos como personas y nos formamos, vemos lo fácil que creíamos algunas cosas y cuánto nos ha costado aprender a superarlas ... Y en viceversa, lo difícil que nos parecían ciertas cosas y lo fácil que nos salió. Incluso al primer intento, sin siquiera intentarlo con ganas.
¿Qué pasaría si no nos dieramos de bruces con algunas situaciones? Jamás hubieramos aprendido a valorar, a valorarnos... A estar orgullosos de nosotros mismos.
Lo mismo pasa con las personas. Qué fácil nos pareció conocer a alguien, y que poco tardamos en darnos cuenta de que no conociamos ni un cuarto de esa persona.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Lo que más

Todas mis creencias sobre lo inimitable se derrumban contigo. 
Siempre había pensado que vivía cosas que no se volverían a repetir, momentos increíbles e inigualables. Ni se me ocurrió imaginar la cantidad de matices que tiene lo inigualable...
Hasta que tú me has enseñado a verlos.
Inigualable es tu sonrisa, a cualquier hora del día.
Inigualable es que lo primero que escuche al despertar, sea un 'te amo'. Suena incluso mejor que unos buenos días. Y no te digo nada si viene acompañado de esa sonrisa de la que hablaba..
Inigualables son tus ojos cuando te tengo a dos centímetros y sin mirarte la boca, sé que estás a punto de sonreír. Porque tus ojos me sonríen, y joder, eso sí que es inigualable.
Inigualables son mis ganas de quererte, aún sabiendo que es difícil hacerlo con más fuerza. Quererte más que a mi vida entera y seguir teniendo más y más ganas de quererte, amarte, desearte... Cariño, eso también es inigualable.
Inimitables son tus latidos. Cuando me apoyo en tu pecho y escucho el compás de mis ganas de vivir. Tu pequeño corazón latiendo con intensidad... 

Mira que siempre me ha gustado sentirme amada, y me he sentido antes de ti, claro que sí... Me había sentido bien con alguien, no lo voy a negar. Pero nunca habían hecho que me sintiera bien conmigo misma, y tú lo llevas haciendo desde que me dices 'preciosa' con ese tono, bajito y dulce, mirándome a los ojos y formando esa pequeña sonrisa vaga.... Tu sonrisa vaga...
Haces de cada rincón del mundo el más dulce e inimitable de mi vida. Y por eso te quiero. 


viernes, 3 de julio de 2015

Eres esa gota de lluvia que aparecía de la nada y siempre ganaba la carrera en el cristal del coche. Aparecía de repente para ser la mejor, lo mejor.

Y qué bonito es cuando otra persona consigue que te quieras a ti mismo, a todas tus odiosas imperfecciones con las que llevabas luchando años.
Pues sí, tú. Lo has logrado. Haces que todos mis complejos desaparezcan porque todos los días me recuerdas lo perfecta que soy para ti, y aunque soy consciente de que no tengo ni un pelo de perfecta no me importa, porque estás tú para hacer que ame todas mis imperfecciones. Estás tú para amarlas. Para amarme.