lunes, 24 de noviembre de 2014

Yo sigo respirando.

Yo haría toda clase de locuras por amor. Locuras de esas que están prohibidas, que están mal, o que esconden mil secretos que jamás saldrán de mi boca.
De esa clase de locuras que ni yo misma crea que he hecho, porque en situaciones normales, no las haría. Sin embargo, por amor, ni me las pensaría. Si no se hacen esa clase de locuras, ¿qué sería del romanticismo?
Me escaparía en medio de la madrugada sin que nadie se entere, solo para verte o para darte las buenas noches. 
Lo dejaría todo, sea cuando sea, para estar contigo, si me lo propones.
El problema es que tú no eres de ese tipo de personas. Tú no harías ninguna clase de locura por mí. 
Ni me las propondrías... Ni siquiera se te ocurrirían. Al menos ahora.
Yo necesito esas situaciones, que te suben la adrenalina y hacen sentir que el amor está ahí, cuando crees que todo se está volviendo monótono y ya no es lo mismo, ¡zas!
Recuerdo situaciones en las que incluso yo misma me he dado cuenta de que está mal. Que no debería hacerlo, pero joder, sabía que te provocarían esa sonrisa que solo te sale cuando algo te sorprende, y qué carajo importa todo lo demás si tú me vas a sonreír de esa manera...
Al igual que salir en medio de una tormenta, es una de esas locuras pequeñitas, pero que a pesar de ser pequeñitas, despiertan una gran felicidad. Porque felicidad, era correr contigo por medio de la calle, mirándonos y sonriendo porque estábamos calados hasta los huesos. Felicidad, ese momento en que parabas y me besabas. 
Tu olor, tu estúpido olor que me hacía sentir como en casa cuando te abrazaba. O esas frases que me soltabas de vez en cuando y me dejaban sin respiración..,. 'hasta que uno de los dos deje de respirar'
O tu mirada de niño pequeño con la que transmitías más que con las palabras....
Necesito volver a esos momentos, verte sonreír y que me vuelvas loca. Que me propongas locuras, y las acepte sin pensarlas dos veces. Que no me importe nada más solo porque estoy contigo.
Despertar mi adrenalina y dormir de nuevo a la monotonía, contigo. 

viernes, 21 de noviembre de 2014

Tú creaste esta coraza que tanto me caracteriza, y ahora tú mismo la destruyes poco a poco. Incluso sin saberlo.

martes, 18 de noviembre de 2014

Meriendo algunas tardes, no todas tienen pulpa comestible... Si estoy en la cuidad, meriendo tarde a secas, mastico lentamente los minutos -tras haberles quitado las espinas- y cuando se me acaban, me voy rumiando sombras... Rememorando el tiempo devorado, con un acre sabor a nada en la garganta.

martes, 11 de noviembre de 2014

P.

Hablemos de esas personas a las que les debes todo, solo por el hecho de existir y haberse cruzado en tu camino.
De esas personas por las que darías tu propia vida sin pensarlo dos veces, y por las que pondrías tu mundo patas arriba si fuese necesario.
Pues, ¿sabéis qué? Yo conozco a una. Es más, no es que lo conozca, es que es parte de mí, se ha anclado a mi vida y ahora es como uno de esos órganos sin los que no podría vivir. Y es maravilloso.
Esta sensación de saber que cuando caiga, él va a estar ahí, y cuando esté en mi mejor momento también lo estará. Y oye, que a pesar de la distancia, siempre lo tengo aquí, a mi lado, con sus 'abrazos psicológicos' y sus chistes malos, o sus 'quérote' que son capaces de sacarme una sonrisa cuando lo creía imposible. 
Porque él es de esas personas incondicionales, imprescindibles, y eternas. 
El mayor y más fuerte pilar en mi vida, porque no sería lo mismo irme a dormir sin un 'boas noites' o yendo al grano, no sería lo mismo irme a dormir sin saber que estás ahí, y que a la mañana siguiente cuando me despierte, seguirás estándolo, siempre.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Somos tan sumamente ilusos que creemos que todo va a salir siempre bien. Quizá no sea ser iluso, quizá solo seamos optimistas. Pues lo siento pero no, nadie debería ser optimista, y tampoco pesimista, porque al fin y al cabo, las cosas salen como el momento lo decide.
¿Nunca os habéis parado a pensar, que cuanto más lo planifiquéis, penséis, etc, peor sale? 
Pues sí señores, pero es lo que hay. Por eso he dejado de pensar en el futuro o en lo que pasará si hago esto o no lo hago, porque como ya he dejado claro, creo que me va a servir de poco. 
Me voy a dedicar a intentar hacer lo correcto pero sin pensar en cómo hacerlo, solo hacer lo que salga de mí en ese momento, sea bueno, o sea malo. Simplemente eso...
Porque llega un momento en que hacerlo todo lo mejor posible para quedar bien delante de los demás, agota. Te mata y te destroza, física y mentalmente. 
Joder, que si no sabes hacer algo, a base de golpes se aprende. Nadie de los que se ríen a tus espaldas te va a enseñar... Y si no te sientes a gusto contigo mismo, haz lo que te parezca adecuado, pero no lo hagas por los demás... hazlo por ti. 


Plof.

Dios. Inútil como el saber que cada día te encuentras más consumida por dentro, y no haces nada por evitarlo. Y eso que sabes como pararlo, pero no. Y en cierto modo, es que te acostumbras a consumirte poco a poco y casi ni lo notas, como si supieses que está ahí, pero no te importa. Te da igual lo que está pasando, porque al fin y al cabo, cosas peores podrían pasar. 
Es como cuando hace mucho mucho frío, pero te da igual porque tienes muchas capas y mantas para evitarlo... y ya casi no lo notas. Pues eso, pero con el dolor.
Sé que está ahí, pero llevo ya tantísimos escudos, capas y demás, que ya casi no lo noto... 
Pero joder, soportar tantos escudos y esas mierdas, agota. Muchísimo. 

sábado, 1 de noviembre de 2014

Dura, dura como una roca. Otras, sin embargo, frágil. Frágil como un cristal.
De esos que parece que no se podrían traspasar o quebrar, pero de repente algo insignificante lo golpea y se parte en pedazos.
Demasiados pedazos como para arreglarlo y que pueda quedar como antes, sin arañazos, o grietas. Demasiado complicado....

Oquedad, insustancial. Superfluo.

Qué irónico sentirme segura dentro de mi querido caparazón, cuando en realidad algo me consume por dentro... 
Y qué jodidamente inútil me siento cuando intento levantar cabeza y seguir adelante, pero tengo que darme cuenta yo sola de que no es tan fácil como creo. Que no soy tan fuerte como aparento ser.
Que por cada sonrisa que los demás observan en mi rostro, yo siento mil punzadas en el órgano que me da la vida (relativamente).
Porque todo parece fácil, ¿verdad?


Sí, lo 'parece'. Pero yo me las arreglo para hacer que lo sencillo, sea difícil y dañino. Lo fastidio, lo rompo, lo hago pedazos y lo echo todo a perder mientras que lo único que intentaba era sobrevivir...