martes, 18 de noviembre de 2014

Meriendo algunas tardes, no todas tienen pulpa comestible... Si estoy en la cuidad, meriendo tarde a secas, mastico lentamente los minutos -tras haberles quitado las espinas- y cuando se me acaban, me voy rumiando sombras... Rememorando el tiempo devorado, con un acre sabor a nada en la garganta.

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