lunes, 10 de noviembre de 2014

Plof.

Dios. Inútil como el saber que cada día te encuentras más consumida por dentro, y no haces nada por evitarlo. Y eso que sabes como pararlo, pero no. Y en cierto modo, es que te acostumbras a consumirte poco a poco y casi ni lo notas, como si supieses que está ahí, pero no te importa. Te da igual lo que está pasando, porque al fin y al cabo, cosas peores podrían pasar. 
Es como cuando hace mucho mucho frío, pero te da igual porque tienes muchas capas y mantas para evitarlo... y ya casi no lo notas. Pues eso, pero con el dolor.
Sé que está ahí, pero llevo ya tantísimos escudos, capas y demás, que ya casi no lo noto... 
Pero joder, soportar tantos escudos y esas mierdas, agota. Muchísimo. 

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