martes, 8 de noviembre de 2011

La peor de mis catástrofes...

Cualquier día de estos arranco el corazón y me voy de aquí, pero prometo dejarte un possit pegado en la nevera, para decirte donde no voy a estar, donde no vas encontrarme y donde no voy a querer verte, y te darás cuenta que no habrá ningún lugar apuntado porque en todas las direcciones me desvío aunque te tenga que seguir en dirección prohibida. Eres dos jodidos turnos sin salida. La autodestrución más dulce, mi sonrisa preferida, y no quiero tus mejores noches si no me das tus buenos días. Podría hacerte el amor y la guerra, entre otras cosas, en el mismo espacio y tiempo. Pero aquí solo estoy perdiendo horas, minutos y segundos. Tengo demasiados daños colaterales por batallas perdidas, pero aun hay quien dice que la guerra aun no está perdida Y yo no sé que decir ante tantos jaques mates suspendidos por puntos suspensivos que no finalizan ni el primer párrafo de toda esta historia. Maldita historia, que no para de sobre-escribirse, de tachar situaciones y borrar sentimientos, que ahora mismo se amparan en su derecho de permanecer en silencio porque cada palabra que digan puede ser utilizado en su contra. Y no he querido llegar hasta aquí para poner nombres ni etiquetas a algo que ha nacido solo y a lo bestia, pero tendré decirlo, decírtelo, aunque me delatara y me viera desnuda en sentimientos, pero algún día tendría que demostrarme que en realidad no soy tan cobarde y que soy capaz de mirarte a las pupilas y decirte que me estás enamorando, y que esa, es la peor de todas mis catástrofes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario