domingo, 11 de enero de 2015

Eres frío, tan frío como el invierno en este momento. 
Eres ese tipo de frío que te cala los huesos hasta doler, y no te importa. En absoluto.
Y quizá es eso lo que más me gusta de ti, que no tratas de complacer a todo el mundo e intentar ser quien no eres.
Solo tratas de complacer a quien te importa, aunque a veces no esté bien ser tan autosuficiente, de ti me encanta. Porque aunque te metas en mis huesos y me destruyas, sabes que puedes arder como si fueses el propio Sol. Y paso de helarme, a arder.Y paso de pasar de todo (valga la redundancia) a centrarme en ti. 
A centrarme en el azul de tus ojos, que es el color en el que me perdería eternamente... O al menos una de esas eternidades temporales. Todos sabéis de lo que hablo.
Y cuando esos ojos sonríen, todo en mí sonríe con ellos. 
Así que sonríe y sigue pasando del mundo, porque te prometo que me encanta. Me encantas todo tú.

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